En nuestro día a día utilizamos términos (como “patentar”) que, para quién no esté muy metido en el mundo de la Propiedad Industrial, no tienen un significado claro.
Así pues hemos decidido hoy contestar una pregunta (aparentemente fácil, pero que en realidad conlleva una infinidad de matices) que todo inventor, emprendedor o particular que se dedica a innovar se habrá hecho alguna vez: ¿“Qué es una patente”?
Una patente es un título que reconoce el derecho de explotar una invención en exclusiva, impidiendo a terceros su fabricación, venta o utilización sin consentimiento expreso.
En otras palabras: una patente es un derecho exclusivo otorgado por un Estado a un inventor para impedir a terceros que exploten su invención durante – por norma general – 20 años, en los que este puede obtener un retorno de la inversión efectuada en el desarrollo de la solución técnica propuesta en la patente.
A cambio de este derecho el titular debe hacer publica oficialmente la invención y pasado el periodo de monopolio, el Estado libera la patente de la invención para enriquecer el patrimonio tecnológico, pues la tecnología pasa a dominio público y cualquiera puede utilizarla. Además, el inventor está obligado a explotar, licenciar u ofrecer la invención para asegurar que la tecnología patentada sea utilizada realmente.
Qué es una patente: requisitos
Una invención es patentable cuando propone soluciones técnicas concretas que cumples los siguientes 3 requisitos:
- NOVEDAD: es fundamental que un invento no forme parte del «Estado de la técnica» anterior. Por esto, no deberá en ningún caso hacerse pública antes de la fecha de presentación de la solicitud de patente.
- ACTIVIDAD INVENTIVA: es decir, la invención en cuestión, al ser comparada con lo conocido, no deberá resultar obvia para un experto en la materia.
- APLICACIÓN INDUSTRIAL: implica que la invención sea tangible.
¿Quieres patentar tu invento?
Explicado qué es una patente, no vamos a entrar en detalle de su tramitación, sin embargo, es muy interesante matizar la importancia de la fecha de presentación de una solicitud de patente, puesto que es de la que parte la tramitación y representa en concreto el acto administrativo del cual deriva la expectativa de derecho del inventor y preserva su novedad.
La documentación mínima que se necesita presentar:
- Una instancia, dirigida al Director del Registro de la Propiedad Industrial del Estado de que se trate, solicitando la patente con la identificación del solicitante.
- Una memoria descriptiva de la invención en donde se argumentan y se explican el objeto de la invención.
- Una o varias reivindicaciones, es decir la expresión técnica del objeto de la invención.
- Normalmente, figuras explicativas del objeto de la invención.
Recordamos que es preciso el pago de anualidades para mantener en vigor el derecho.
Diferentes vías de registro para una patente
Cabe destacar que hay tres alternativas para la protección legal de las invenciones, es decir 3 vías de registro diferentes para una patente:
- Patente en Nacional: La tramitada y concedida en cada pais de forma independiente. En el caso de España por ejemplo esta regulada por la Ley de Patentes de 1986. A este propósito, recordamos que la nueva Ley de patentes entrará en vigor el 1 de diciembre de 2016. (Anteproyecto de Ley de Patentes)
- Patente Europea: regulada por el Convenio sobre Concesión de Patentes Europeas
- Patente por el PCT (Tratado de Cooperación en materia de Patentes).
En conclusión: la decisión de proteger una invención mediante patente encierra un cálculo esfuerzos y beneficios que necesitan ser bien ponderados y también unos conocimientos técnicos y un alto grado de cualificación (debido a los tecnicismos y formalismos propios de la materia).
Gracias a los consejos y asesoramiento de una Agencia Oficial de Propiedad Industrial podrás evaluar si tu invención es viable y, en caso afirmativo, diseñar la estrategia más adecuada para sacar el máximo rendimiento a tu desarrollo.
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