Tanto los niños actuales como los que fueron niños hace unas décadas en España, reconocerán sin duda alguna a Francisco Ibáñez como un verdadero mito de sus infancias, icono del tebeo español y autor de historietas cómicas sin tiempo.
Cuanto a mí, italiana de nacimiento y Madrileña de “adopción”, he tenido el placer de descubrir este gran artista justo el pasado fin de semana. Cómplice un otoñal día de lluvia y la pasión irrefrenable de mi acompañante por el historietista Ibáñez, me adentré en el Círculo de Bellas Artes al descubrimiento de este “mago del humor”.
La sorpresa no podía ser más agradable.
La exposición en su honor, titulada precisamente “Francisco Ibáñez, el mago del humor” es un agradable recorrido por la biografía de este creador autodidacta, la evolución de su estilo siempre original y sobre todo la evolución de los personajes que protagonizan sus memorables viñetas: como por ejemplo Rompetechos, Mortadelo y Filemón, Pepe Gotera y Otilio.
Esos comics tan llenos de detalles, irónicos, inocentes e irreverentes a la vez, son un magistral ejemplo de humor verdadero y de genial manera de comunicar, sobre todo durante la época franquista de censura imperante, a parte de una manera inteligente de reflejar la sociedad española.
En la exposición pueden verse cosas muy interesantes como los bocetos originales de algunos de sus personajes, juguetes de los años 60, merchandising y un enorme mural formado por las portadas más famosas de los tebeos firmados por Ibáñez.
Disfrutando de la inmersión en el mundo del comic español, como en otras inesperada ocasiones de vida cotidiana, he tenido la oportunidad de considerar aspectos del mundo de la Propiedad Intelectual relacionados con Ibáñez y su obra.
A este propósito, es interesante mencionar que al abandonar la famosa editorial Bruguera en 1985, la misma se quedó con los derechos de sus personajes.
Tras la publicación en 1987 de la Ley 22/1987, de 11 de noviembre, de Propiedad intelectual, que confirmaba la propiedad de las obras por parte de los autores, Ibáñez entró a formar parte de la llamada Ediciones B , heredera del fondo editorial de la antigua Editorial Bruguera y del TBO.
Para el merchandising, Bruguera licenció a Romagosa International Merchandisign S.L, y luego en los 90 a BRB, MERCHANDISING INTERNACIONAL, S. L poniendo en marcha todo tipo de productos: muñecos, marionetas, juegos de mesa, etc.
Como curiosidad, me he puesto a buscar en las bases de datos públicas, los registros de marcas de algunos de sus personajes más famosos, como Mortadelo y Filemón.
Esta denominación está registrada en España por parte de Ediciones B., S.A cómo marca denominativa y mixta en varias clases: 16 , 41, 25 , 28 , 29 , 30, 03, 18, 27, 32, 09.
Es interesante anotar que a partir de 1986, en las bases de datos aparecen varios registros de diseños a nombre del propio Francisco Ibáñez, por ejemplo esta serie con número de solicitud D0018428
Esta exposición es el resultado de un enorme trabajo de documentación y recopilación de datos; os recomiendo no perder la oportunidad de visitarla, hasta el 18 de Enero en la Sala Goya del Circulo de Bellas Artes (Madrid).