A finales del XIX y principio del siglo XX, un ingeniero y matemático español se convirtió en uno de los inventores más prodigiosos de su tiempo: Leonardo Torres Quevedo.
Queremos, con este artículo, homenajearle por sus numerosos inventos reconocidos a nivel internacional. Por citar algunos de los principales:
- El mando a distancia.
- El primer teleférico para personas
- El sistema de dirigibles que, a día de hoy, sirve como guía y referencia
- El primer ordenador de la historia
- Escribió los “Ensayos sobre Automática” en 1913, una de las obras maestras de la ciencia española que adelanta de por lo menos 20 años conocimientos sobre el diseño de un computador digital electromecánico.
No obstante, Quevedo pasa por un personaje poco conocido por la sociedad, cómo afirma en la siguiente entrevista el Dr. Francisco A. González Redondo.
Interview: Dr. Francisco A. González Redondo from OCSA Embassy of Spain in the UK on Vimeo.
Leonardo Torres Quevedo: Panorámica de sus inventos y patentes
Cómo adelanté en la introducción, Leonardo Torres Quevedo ha sido un inventor poliédrico difícil de contener en una única rama: sus invenciones abarcan desde el sector de la aeronáutica, la computación y las telecomunicaciones.
Su experimentación en el área de transbordadores y teleféricos empieza muy temprano: en 1887 solicita su primera patente sobre un funicular aéreo de múltiples cables, con el que lograba un coeficiente de seguridad apto para el transporte de personas y no solo de cosas. En 1907 llega a construir su primer transbordador apto para el transporte público de personas, pero es con el Spanish Aerocar, inaugurado en 1916 y todavía en funcionamiento, que atraviesa las cataratas del Niágara cuando alcanza la fama en este sector.
En el área de la aerostática, en 1902 presenta una memoria con anteproyecto de globo dirigible a las Academias de ciencias de Madrid y París y en 1905 realiza el primer dirigible español, el “España”.
Ejemplo de dedicación a la investigación, Torres Quevedo obtiene en 1903 la patente (en España, Francia, Gran Bretaña y EEUU) para el “Telekino”: el primer aparato de radio dirección del mundo.
Además de grandes inventos dedicados a varias áreas del transporte, su genio lo llevó a crear máquinas antecesoras de nuestra moderna tecnología: máquinas analógicas de calculo (la más importante: el Ajedrecista, considerado de hecho el primer videojuego de la historia) e inventos que serían de gran ayuda en facilitar la docencia. Ejemplo de esta clase se puede encontrar en el Puntero Proyectable (patente 0116770), o en el Proyector didáctico (0117853).
Está claro que la sociedad moderna debe muchísimo a este inventor español; esperamos que nuestro pequeño homenaje sirva de ayuda para que su nombre no caiga en el olvido y para que quien no lo conocía hasta hoy.
Como aporte informativo y de curiosidad, os dejo aquí acceso a las publicaciones de un par de sus patentes: