Tenemos el gran placer de entrevistar a una de las mujeres que homenajeamos en la sección de «mujeres inventoras»: Nuria Oliver, ingeniera de Telecomunicaciones, doctora en inteligencia artificial por el Media Lab del MIT, actualmente directora científica responsable de las áreas de Multimedia, Interacción Persona-Maquina, Minado de Datos y Modelado de Usuarios en Telefónica I+D.
- Nuria, lo primero gracias por participar en nuestro blog, es un gran placer y honor para nosotros. Tus más de 8.000 citas te convierten en la científica informática más citada y mediática de España. ¿Cómo se llega a esto? y ¿Cómo ha influido en tu trabajo?
Gracias a vosotros por el interés en mi trabajo y por dedicar espacio a hablar de tecnología e investigación. Para mí es un placer y un honor participar en esta entrevista.
La verdad es que supongo que la relevancia de mi trabajo en la comunidad científica es fruto de muchos años de trabajo constante e intenso, sin descanso, así como de la oportunidad de haber colaborado y aprendido de investigadores extraordinarios primero en MIT (Massachusetts Institute of Technology), más tarde en los laboratorios de investigación de Microsoft en Redmond, WA, y finalmente con mi equipo de investigación en Telefonica I+D.
- Sabemos que son áreas de tu interés la informática móvil, la inteligencia artificial y la interacción persona-ordenador. ¿Qué papel juega el famoso “big data” en el bien social?
Vivimos en un mundo de datos, de ‘Big Data’. Big Data es un término que hace referencia a las cantidades ingentes de datos que se están captando constantemente debido a la digitalización de la ciencia (astronomía, física, medicina…) y las infraestructuras (ciudades inteligentes, transacciones financieras…), así como al uso masivo de los teléfonos móviles y otros dispositivos conectados. Parte de estos datos son generados por nosotros, los humanos, y reflejan nuestro comportamiento. Por ejemplo, el análisis de los patrones de llamadas nos permite comprender cómo interactúan los ciudadanos con su entorno y nos proporcionan información clave en áreas como la planificación urbana, la gestión de las crisis o la salud global.
En mi grupo de investigación estamos trabajando desde hace 6-7 años en proyectos de Big Data orientados a mejorar la vida de las personas y a ayudar a tener un impacto positivo en la sociedad. Es lo que llamamos ‘Big Data for Social Good’. Algunos de los proyectos realizados incluyen un análisis sobre el impacto de las medidas del gobierno mexicano ante el brote de la gripe A de 2009, un estudio del impacto de los desastres naturales (inundaciones) en los grupos sociales más vulnerables, un modelo para predecir el crimen en distintas áreas de una ciudad y el cálculo -a partir de datos móviles- de los niveles socioeonómicos de determinadas poblaciones en vías de desarrollo para contribuir a su crecimiento.
Analizamos gran cantidad de datos anónimos y encriptados que se recopilan a partir de los registros del tráfico en las antenas de telefonía móvil, manteniendo siempre anonimicidad y privacidad de los datos. Estos datos agregados permiten establecer patrones de comportamiento (sociales, de movilidad…) y modelos predictivos construidos usando técnicas de inteligencia artificial, descubrimiento de patrones y aprendizaje por ordenador (machine learning).
Los resultados de nuestras investigaciones ofrecen información valiosa a instituciones públicas y privadas para ayudarlas en su toma de decisiones y orientar sus actuaciones. Además, hemos recibido un gran interés y respuesta muy positiva por parte de la comunidad científica, la prensa internacional e instituciones y gobiernos como Naciones Unidad, el MIT, el World Bank y el gobierno de México, con los que estamos colaborando o en vías de colaborar.
- ¿Podrías explicarnos un poco más sobre la revolución del “mobile health” y la relación que tiene con el desarrollo de ropa y accesorios inteligentes? También, desde tu punto de vista científico, ¿Cómo ves en el futuro los “wearables”?
Ya hay en el mundo más móviles que humanos y el número de smartphones continua creciendo exponencialmente. El móvil es un dispositivo muy interesante desde el punto de vista de la investigación del comportamiento humano en general, y en particular en el ámbito del bienestar y la salud, ya que está constantemente con nosotros y está dotado de sensores y una gran capacidad de almacenamiento y de procesamiento. No es de extrañar por tanto que el número de aplicaciones móviles relacionadas con la salud y el bienestar haya crecido exponencialmente en los últimos años, alcanzando casi las 100.000, dando lugar al área de mhealth, es decir, la práctica de la medicina y la salud pública con la ayuda de los dispositivos móviles.
En este contexto, la proliferación de los dispositivos wearables está permitiendo la monitorización de señales fisiológicas y de actividad (e.g. pasos caminados, horas de sueño, ritmo cardiaco) que nos permiten conocernos mejor, detectar patrones de comportamiento y sobre todo desviaciones de dichos patrones.
Esta capacidad va a ser fundamental para un mejor control de las enfermedades crónicas, cuya prevalencia está aumentando de manera acelerada por el envejecimiento de la población.
- ¿Crees que aún son pocas las mujeres que optan por formarse y desarrollar carreras de carácter científico-tecnológico? ¿Qué diferencias has encontrado en este sentido entre EEUU y España?
Si, son muy pocas las mujeres que optan a formarse y desarrollar su carrera profesional en áreas tecnológico-científicas. Desgraciadamente es un fenómeno común tanto en Europa como en EEUU.
Los porcentajes son muy bajos (en muchos casos no supera el 20%) y preocupantes. Ninguna disciplina se beneficia de la falta de diversidad y por ello es crítico tomar acciones para fomentar más vocaciones técnicas y científicas entre las chicas.
Al ser un tema que me preocupa, desde hace un par de años doy charlas a adolescentes en las que comparto mi carrera profesional así como describo algunos de los proyectos en los que estamos trabajando, con el objetivo de dar visibilidad –y con ello inspirar—a una carrera que desgraciadamente es poco conocida. Ni yo misma sabía en qué consistía ser investigador en inteligencia artificial cuando tuve que elegir carrera al finalizar el bachillerato. Creo que es fundamental que las nuevas generaciones conozcan personas de referencia con las que puedan sentirse identificadas y que hayan seguido carreras técnicas y de investigación. Por ello siempre que puedo participo en entrevistas y acciones de divulgación científica como esta.
- Eres co-titular e inventora en unas 40 patentes, por lo que esta pregunta es casi obligada: ¿Qué papel juegan las patentes y la protección de los derechos de propiedad intelectual en general en el mundo de la investigación? ¿Puedes contarnos tu experiencia el respecto?
Yo he realizado investigación siempre en un contexto industrial, es decir, en laboratorios de investigación industriales, con la esperanza de poder hacer llegar los resultados de investigación a millones de personas a través de productos de la empresa. Pero para poder proteger esos potenciales productos, normalmente es necesario patentar la propiedad intelectual diferencial. Por ello generamos patentes de los aspectos innovadores de los proyectos de investigación que tienen probabilidad de ser productizados algún día.
- Para finalizar Nuria ¿Nos podrías adelantar qué nuevos proyectos tienes para el futuro?
Sigo trabajando en conseguir que los ordenadores, móviles y la tecnología en general nos entienda mejor a los humanos, para mejorar cómo interactuamos con dicha tecnología y también para ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida, tanto a nivel individual como a nivel colectivo. Para ello, es necesario utilizar técnicas de inteligencia artificial, análisis de datos, procesamiento de señal e interacción persona-maquina. De ahí que mi equipo de investigación sea multidisciplinar, con expertos en distintos campos, ya que es fundamental abordar los problemas desde distintos puntos de vista.
Un proyecto reciente que ha recibido mucha atención en los medios tiene como objetivo detectar automáticamente con el móvil cuando estas aburrido. El aburrimiento es un estado emocional con importancia desde un punto de vista evolutivo, ya que está conectado con la creatividad: si nuestro cerebro está constantemente siendo estimulado, entonces es difícil para el cerebro poder generar ideas, pensar, asimilar todo lo percibido, etc… me preocupa que, al tener siempre a nuestro alcance un móvil, es decir, un miniordenador potente y conectado, estamos perdiendo la habilidad de estar aburridos, de pensar y generar ideas. Sobre todo en el contexto de los niños y los adolescentes. Por ello, creo que es importante que desarrollemos tecnología que nos ayude a detectar el estado emocional en el que estamos para ayudarnos a gestionar y aprovechar mejor dicho estado emocional.
Otro área de investigación que me apasiona y de la que he hablado brevemente anteriormente es el área de Big Data for Social Good, que consiste en aplicar técnicas de inteligencia artificial y análisis de cantidades masivas de datos para ayudar a gobiernos e instituciones como Naciones Unidas o el Banco Mundial a tomar mejores decisiones gracias a los resultados del análisis de dichos datos.