Para cualquier tipo de negocio la imagen lo es todo. La imagen de dicho negocio se representa a través de un signo distintivo, de un logotipo que será el que permitirá a los consumidores distinguir un producto en concreto entre los miles que el mercado propone a diario.
Ante esta situación, una de las preguntas que más a menudo se nos plantea es “¿Cómo patentar un logo?”. Aquí ya se hace necesaria la primera matización en cuanto a terminología: un logotipo no se “patenta” sino se registra como marca o es su defecto como diseño.
Cualquier empresa independientemente de su tamaño utiliza un logotipo que lo distinguen. Este logo puede limitarse a un grafismo caracteristico o bien comprender también símbolos y colores específicos.
Un creativo, podrá entender con facilidad cuanto trabajo cuesta diseñar y crear de la nada un logo que represente la esencia de un determinado servicio o producto. De estas razones se deduce lo importante que es proteger este logo y reivindicar los derechos de Propiedad Industrial correspondientes sobre el mismo.
Antes de continuar, esclarecemos un poco el concepto de “logo”: es un conjunto de símbolos (gráficos y de impresión) que identifica una empresa o producto de una manera única, de manera que puedan distinguirse de los competidores en el mercado.
Sus principales características:
- Debe ser original e innovador;
- No debe ser engañoso, sino debe representar la esencia de la empresa/negocio
- Es aconsejable que no sea demasiado “descriptivo”, para permitir destacarse
De cara a la protección legal del logotipo se puede optar por dos modalidades registrales.
- El diseño industrial registrado
- La marca registrada
La modalidad de diseño industrial da protección a todo tipo de creación de forma referida a las características de apariencia de un producto o de su ornamentación. Por esta básica definición se hace recomendable usar esta modalidad registral cuando el logotipo esta creado para su uso en el mercado como un propio producto. Un ejemplo valido de este tipo de registros serian los logotipos creados para estampar camisetas, en los que la propia imagen del diseño es el elemento distintivo del producto.
A este hecho hay que unir dos puntos clave:
- La necesidad de renovar los registros de diseños industriales generalmente cada 5 años (dependiendo de la legislación nacional que se trate) y
- Tener un periodo de vigencia tras el que se produce la caducidad, generalmente un maximo de 25 años, tras los cuales la creación pasa a dominio publico.
Conocido lo anterior, registrar el logo como marca es la opción más aconsejable; pues las empresas mediante este registro puede asegurarse el uso en exclusiva de su símbolo durante un periodo indeterminado (las marcas pueden renovarse hasta cuando se desees, generalmente por periodos de 10 años) para distinguir su actividad o productos.
La correcta protección de un logotipo, si se mira de cerca, es por tanto vital, pues algún día podría representar nuestra mejor tarjeta de visita.
Como en el caso de cualquier marca, la protección que otorgan es territorial y se puede registrar como una marca nacional o bien, si se requiere adquirir un grado de protección más amplio, se puede optar también para un registro de marca comunitaria (con efecto en todos los países de la UE) y/ o internacional.
Por ultimo destacar un aspecto muy importante a considerar antes de hacer inversión alguna en un registro de marca: verificar que el signo distintivo que se quiere proteger, o uno muy similar, no esté registrado previamente. Para hacer esto, es posible consultar bases de datos especificas que permiten buscar parecidos gráficos, algunas de ellas publicas y gratuitas como las de la OMPI (Organización mundial de la Propiedad Intelectual) . Nuestro consejo, como Agencia Oficial de la Propiedad Industrial, es que siendo el registro de logotipos como marca un tema delicado, se busque siempre el respaldo de un profesional.
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